Un nombre que nos recuerda al puf!!! que hace cuando nos echamos sobre él. Un tipo de asiento, además de confortable, muy útil y original (incluso los hay con tapa para almacenaje!). Es la solución perfecta para adaptarse a todo tipo de espacios, que además puede trasladarse con facilidad por la casa por que es ligero, colocarse en cualquier rincón o en espacios de pequeñas dimensiones.
¿Y cuál es el origen de este sillón blando sin respaldo que hoy se usa en casi todo el mundo? Pues el puf fue usado como asiento doméstico desde sus inicios en Oriente Medio y el Magreb. Se trataba de un elemento muy popular en la decoración oriental, porque permitía permanecer cómodamente sentado a nivel del suelo, mientras se comía, según la tradición, de un único plato compartido con el resto de invitados. Conocido como asiento otomano, en Europa se introduciría hacia el siglo XVII, desde Turquía. Y sería ya a finales del siglo XIX cuando pasó a ser un elemento muy popular en la decoración de las casas. Posteriormente, en la decoración moderna, el puf se adopta para dar una nota de color y de personalidad a cualquier tipo de espacio.